Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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domingo, 28 de noviembre de 2010

60 SeGuNDoS

El tiempo que tarda la leche en calentarse en el microondas. Lo que cuesta abrir algunas webs cuando el ordenador tiene el día espeso. El tiempo para que el concursante dé con la solución correcta. Algo menos de lo que permaneces parado en el semáforo. Lo que aguanta el boxeador antes de irse a la lona. Lo que tarda el avión en recorrer la pista y tomar altura. Un largo aplauso. Un beso apasionado. El tiempo que empleamos en leer el diagnóstico definitivo y comprender que lo que te pasaba era raro, muy raro. Un minuto interminable. Un minuto congelado. Desde entonces ya no pensamos que la vida se pasa volando.


Del libro “Piedad”,
Miguel Mena

2 comentarios:

Chema dijo...

Precioso libro el de Miguel Mena. Conozco un caso que me toca de cerca de un hijo con el síndrome de Angelman. Como él dice es más fácil que te toque el gordo de Navidad. Sin embargo no tienen rencor por la vida, ni por nada. Seguro que me permites otra perla de este libro: "Que raro se hace tener un hijo prácticamente mudo cuando te ganas la vida hablando, un hijo condenado a ser analfabeto cuando llenas tu tiempo escribiendo, un hijo con poco equilibrio cuando tu afición es montar en bicicleta. Qué extraño resulta que para ser feliz no parezca necesitar nada de lo que a tí te gusta". Hasta pronto.

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

Es cierto. Nos resulta extraño que para ser feliz otro, necesite algo diferente de lo que necesito yo.
Y, si, es un libro precioso plagado de momentos intensos y pensamientos que ayudan a pensar.
Hasta pronto, DUENDE.